Una carta escrita el 22 de diciembre de 2025

en México
Buenos deseos

Querido Yo del Futuro, Hola, Te escribo desde este punto exacto de la historia: cuando todavía hay dudas, cansancio acumulado y decisiones que pesan más de lo que deberían. No sé exactamente dónde estás ni qué versión de mí eres ahora, pero sí sé por qué te escribo: para no olvidar quién fui cuando todo se estaba construyendo. Hoy sigo aprendiendo a elegir bien mis batallas. A veces con miedo, a veces con coraje, casi siempre con terquedad. No siempre tengo claridad, pero tengo principios, y eso —aunque no lo parezca— ya es una ventaja. Si algo salió mal en el camino, espero que recuerdes que hice lo mejor que pude con lo que tenía. No desde la comodidad, sino desde la convicción. Ojalá no te hayas vuelto cínica ni cómoda. Prefiero que sigas siendo crítica antes que indiferente. Deseo que no hayas perdido la capacidad de incomodar cuando es necesario, ni la disciplina para trabajar cuando nadie está mirando. Que no te hayas acostumbrado al aplauso ni te haya paralizado la crítica. Ambas cosas engañan. En lo personal, espero que hayas aprendido a soltar sin culpa y a quedarte sin miedo. Que te quieras con menos exigencia y más honestidad. Si sigues sola, que sea por elección; si estás acompañada, que no sea por costumbre. En lo profesional, quiero que sigas caminando con rumbo, aunque el camino haya cambiado. Que no hayas negociado tu dignidad por conveniencia ni tu criterio por pertenecer. El cargo pasa; el nombre queda. Si alguna vez dudas de ti, vuelve a esta carta. Aquí estoy yo, recordándote que no empezaste por ambición, sino por responsabilidad. Y que rendirte nunca fue una opción real, solo una idea pasajera. Sigue firme. No perfecta, firme. Con claridad, Tu yo de hoy



By YoDelFuturo ®

Haz click aqui para escribirte mas cartas.







Una carta del 22 de diciembre de 2025

en México
Buenos deseos

Querido Yo del Futuro, Hola, Te escribo desde este punto exacto de la historia: cuando todavía hay dudas, cansancio acumulado y decisiones que pesan más de lo que deberían. No sé exactamente dónde estás ni qué versión de mí eres ahora, pero sí sé por qué te escribo: para no olvidar quién fui cuando todo se estaba construyendo. Hoy sigo aprendiendo a elegir bien mis batallas. A veces con miedo, a veces con coraje, casi siempre con terquedad. No siempre tengo claridad, pero tengo principios, y eso —aunque no lo parezca— ya es una ventaja. Si algo salió mal en el camino, espero que recuerdes que hice lo mejor que pude con lo que tenía. No desde la comodidad, sino desde la convicción. Ojalá no te hayas vuelto cínica ni cómoda. Prefiero que sigas siendo crítica antes que indiferente. Deseo que no hayas perdido la capacidad de incomodar cuando es necesario, ni la disciplina para trabajar cuando nadie está mirando. Que no te hayas acostumbrado al aplauso ni te haya paralizado la crítica. Ambas cosas engañan. En lo personal, espero que hayas aprendido a soltar sin culpa y a quedarte sin miedo. Que te quieras con menos exigencia y más honestidad. Si sigues sola, que sea por elección; si estás acompañada, que no sea por costumbre. En lo profesional, quiero que sigas caminando con rumbo, aunque el camino haya cambiado. Que no hayas negociado tu dignidad por conveniencia ni tu criterio por pertenecer. El cargo pasa; el nombre queda. Si alguna vez dudas de ti, vuelve a esta carta. Aquí estoy yo, recordándote que no empezaste por ambición, sino por responsabilidad. Y que rendirte nunca fue una opción real, solo una idea pasajera. Sigue firme. No perfecta, firme. Con claridad, Tu yo de hoy



By YoDelFuturo ®

Haz click aqui para escribirte mas cartas.