🌷 Carta a mi yo del futuro Dios te bendiga, querida Laura. Te escribo desde mis 18 años, desde una etapa en la que aún estoy aprendiendo a confiar, a soltar y a creer que todo llega en el tiempo perfecto de Dios. No sé cómo será tu vida cuando leas esto, pero deseo que sigas caminando con fe, con esperanza y con ese amor sincero que siempre te ha caracterizado. Deseo que tu relación con Dios sea más profunda que nunca; que hayas aprendido a escucharlo en el silencio y a reconocer Su mano en cada detalle. Que sigas sintiendo Su presencia en cada paso, en cada logro y también en cada prueba. Espero que estés sana, rodeada de tu familia y que tu corazón esté en paz. (Ojalá hayas ido a ese concierto de Morat o de BTS que tanto soñabas, porque también mereces disfrutar las pequeñas alegrías que la vida te regala). Sueño con que ya estés terminando tu carrera de Ingeniería de Sistemas, con orgullo y gratitud por todo el esfuerzo que pusiste, y que estés lista para iniciar Psicología, esa pasión tuya por entender y sanar corazones. Que tengas un trabajo estable, que te haga feliz, y que sigas sirviendo en la iglesia con humildad, recordando que el liderazgo es amor en acción, no orgullo disfrazado. ¿Y James? Si la vida los mantuvo unidos, que el amor haya madurado contigo. Si no, que quede el respeto y la amistad sincera. Y si estás esperando una señal para buscarlo… que esta sea esa señal. Pero solo cuando tu corazón esté firme en Dios y tus sueños sigan siendo tu prioridad. Con papá, sé paciente. Él ama a su manera, aunque no siempre lo diga. ¿Cómo va la relación con él? Sabes que su terquedad es parte de su historia, no de su esencia. Si ha cambiado, alégrate. Si no, sigue confiando: los tiempos de Dios son perfectos. Con mamá, procura mantener la unión. Si algo se rompió, sánalo con amor. Deseo que la relación entre ustedes sea más fuerte que nunca. Y si por algún motivo te alejaste, da el primer paso. No esperes a mañana para decir “te amo” o para pedir perdón. Nunca olvides a la abuela María Eugenia; su amor vive en ti, en tu voz, en tu forma de cuidar, en cada oración que murmuras. Ruego que mami Lope aún camine sobre esta tierra. Llámala, abrázala, dile cuánto la amas. No dejes que el silencio te robe palabras que sanan. Haz lo mismo con papi Lucho, el abuelo Cheque, tus tías (Mery, Luz, Chura, Diana), tus tíos (Luisito, José Luis, Humberto, Wichera) y tus primos (Luisa, Mairobis, José, Wichito, Juan Pi, Edier, Mariana, Lore y Marcos). Que nunca se apague la llama de la familia. Y recuerda, Laura: David siempre será tu hermano. Peleen, discutan, pero nunca olvides que el amor fraternal es eterno. Si aún no está en el camino de Dios, guíalo con tu ejemplo y tus oraciones. Y por encima de todo, no olvides esta verdad: Dios siempre estará contigo. En las risas y en las lágrimas, en las caídas y en los triunfos. Él es quien más te ama, quien más te conoce y quien jamás te soltará. Con fe, ternura y esperanza, Tu yo del pasado, que nunca dejó de creer. ✨ Posdata: Si estás en una relación que no es con James, cuídala y protégela. Valora a quien hoy camina a tu lado, porque eligió amarte sin condiciones y estar donde otros no supieron quedarse. Recuerda: a James la vida le dio más de una oportunidad, y no la supo aprovechar. No cargues con lo que ya soltaste; no revivas lo que Dios ya cerró. El amor verdadero no te confunde, te da paz. Y si esa persona te impulsa a crecer, te acerca más a Dios y te enseña a amar sin miedo, entonces quédate, pero siempre sin perderte a ti misma. 💫
By YoDelFuturo ®
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🌷 Carta a mi yo del futuro Dios te bendiga, querida Laura. Te escribo desde mis 18 años, desde una etapa en la que aún estoy aprendiendo a confiar, a soltar y a creer que todo llega en el tiempo perfecto de Dios. No sé cómo será tu vida cuando leas esto, pero deseo que sigas caminando con fe, con esperanza y con ese amor sincero que siempre te ha caracterizado. Deseo que tu relación con Dios sea más profunda que nunca; que hayas aprendido a escucharlo en el silencio y a reconocer Su mano en cada detalle. Que sigas sintiendo Su presencia en cada paso, en cada logro y también en cada prueba. Espero que estés sana, rodeada de tu familia y que tu corazón esté en paz. (Ojalá hayas ido a ese concierto de Morat o de BTS que tanto soñabas, porque también mereces disfrutar las pequeñas alegrías que la vida te regala). Sueño con que ya estés terminando tu carrera de Ingeniería de Sistemas, con orgullo y gratitud por todo el esfuerzo que pusiste, y que estés lista para iniciar Psicología, esa pasión tuya por entender y sanar corazones. Que tengas un trabajo estable, que te haga feliz, y que sigas sirviendo en la iglesia con humildad, recordando que el liderazgo es amor en acción, no orgullo disfrazado. ¿Y James? Si la vida los mantuvo unidos, que el amor haya madurado contigo. Si no, que quede el respeto y la amistad sincera. Y si estás esperando una señal para buscarlo… que esta sea esa señal. Pero solo cuando tu corazón esté firme en Dios y tus sueños sigan siendo tu prioridad. Con papá, sé paciente. Él ama a su manera, aunque no siempre lo diga. ¿Cómo va la relación con él? Sabes que su terquedad es parte de su historia, no de su esencia. Si ha cambiado, alégrate. Si no, sigue confiando: los tiempos de Dios son perfectos. Con mamá, procura mantener la unión. Si algo se rompió, sánalo con amor. Deseo que la relación entre ustedes sea más fuerte que nunca. Y si por algún motivo te alejaste, da el primer paso. No esperes a mañana para decir “te amo” o para pedir perdón. Nunca olvides a la abuela María Eugenia; su amor vive en ti, en tu voz, en tu forma de cuidar, en cada oración que murmuras. Ruego que mami Lope aún camine sobre esta tierra. Llámala, abrázala, dile cuánto la amas. No dejes que el silencio te robe palabras que sanan. Haz lo mismo con papi Lucho, el abuelo Cheque, tus tías (Mery, Luz, Chura, Diana), tus tíos (Luisito, José Luis, Humberto, Wichera) y tus primos (Luisa, Mairobis, José, Wichito, Juan Pi, Edier, Mariana, Lore y Marcos). Que nunca se apague la llama de la familia. Y recuerda, Laura: David siempre será tu hermano. Peleen, discutan, pero nunca olvides que el amor fraternal es eterno. Si aún no está en el camino de Dios, guíalo con tu ejemplo y tus oraciones. Y por encima de todo, no olvides esta verdad: Dios siempre estará contigo. En las risas y en las lágrimas, en las caídas y en los triunfos. Él es quien más te ama, quien más te conoce y quien jamás te soltará. Con fe, ternura y esperanza, Tu yo del pasado, que nunca dejó de creer. ✨ Posdata: Si estás en una relación que no es con James, cuídala y protégela. Valora a quien hoy camina a tu lado, porque eligió amarte sin condiciones y estar donde otros no supieron quedarse. Recuerda: a James la vida le dio más de una oportunidad, y no la supo aprovechar. No cargues con lo que ya soltaste; no revivas lo que Dios ya cerró. El amor verdadero no te confunde, te da paz. Y si esa persona te impulsa a crecer, te acerca más a Dios y te enseña a amar sin miedo, entonces quédate, pero siempre sin perderte a ti misma. 💫
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