Faltan unos meses para un día que he esperado desde que me di cuenta de la existencia de la mayoría de edad. Yo no he sabido nunca cómo escribir bien estas cartas porque una nunca se sabe quién es la persona que las leerá en un futuro. Hace un año mi vida era muy diferente a como es ahora, y mi vida era muchísimo más diferente hace dos años, así sucesivamente, la vida es de cambios y los cambios son de la vida, si todo se quedara igual no sería vida, no sería nada. Hace unos días conocí a Dios, no le he hablado, pero sé que ahí está, ahora mismo se encuentra entre estas letras y entre las 594 palabras que van de esta carta. Conocí a Dios en una cama que no es la mía y no pude evitar llorarle porque pocas veces podré sentir a Dios de esa forma, desde que conocí lo que es el sexo, la vida se volvió más banal y estoy segura de que entre una más crece más diabla se vuelve, porque ya nada lo ve con los mismos ojos de amor que hace diez años, una nunca, nunca volverá a ser la misma pureza. Y desde que conocí a Dios también creo que me he vuelto más consciente. Yo veo a las personas reírse, las veo hablar, las veo vivir y todo esto que es el mundo es Dios mismo que se comunica conmigo y con el que se dé cuenta de esta iluminación, Dios está en los detalles y una tiene que aprender a leerlos mejor de lo que puede leer palabras en un cuaderno (o en esta carta, por ejemplo). Mi nombre salió dos veces por separado en un concurso que me ha partido el alma, lo cierto, Sofía, es que Dios también se encuentra en esta tristeza constante, aquí está conmigo y tal vez no soy yo la que está escribiendo sino Dios, que mueve mis dedos en el teclado. Cualquiera de las dos cosas, lo cierto es que no he cambiado mucho desde que tenía 12 años, yo sigo triste, sigo enamorada y sigo preguntándome quién seré en seis meses, quién seré cuando me levante ese esperado jueves con la noticia de que ha vencido mi tarjeta de identidad. Sigo preguntándomelo casi todo el tiempo, sigo sintiéndome acomplejada por la edad, sigo queriendo desaparecer sin tener que decirle a nadie qué fue de mí y volverme una con este Dios que se manifestó ante mí. Mi nombre salió dos veces pero yo no salí, no me tengo que afligir, no sé bien la cantidad de cartas que te llegarán ese día a tu correo, creo que serán tres en total, si es que no me animo a escribir otra en lo que queda de año. Y yo creo que una cada año aprende cosas nuevas, una aprende a ver la vida diferente, aprende a llorar en silencio y a enojarse con todos, también una aprende a ser más mujer y desaprende a ser niña a medida que trata de aferrarse a lo poco que le queda de infancia. Creo que así funciona realmente la vida, sigo sintiendo miedo cuando pienso que algún día tendré que afrontar la muerte y que, cuando eso pase, no podré ver la reacción de las personas que me rodean, que me quieren y me odian. He arruinado muchas cosas en este tiempo, amistades, amores, odios también. He aprendido a sanar y a dañarme más, he aprendido que una puede saber todo con certeza y aún así lastimarse a sí misma y también aprendí que ser mujer es una maravilla, que menstrúo y que cuando lo hago, siento un dolor que solo una mujer puede sentir, tengo sensaciones que solo una mujer puede sentir, siento placeres que solo un clítoris puede sentir. Eso es mujer y eso es hermoso, he aprendido mucho del placer, que no tengo que tenerle tanto miedo a hacer el amor sino que tengo que tenerle miedo a hacerlo sin amor y que me amen sin realmente amar. He tenido sustos, he tenido miedos, me he pensado a mí misma embarazada y me he afligido por completo ante esa idea, he comprado condones, he dado los condones, he usado los condones y sé que esos condones al igual que cada cosa que tengo en mi vida fue hecho exclusivamente para mí. He sudado y he llorado en el sexo, he sentido mucho amor mientras lo hago y he sentido mucho dolor, lo he soñado, lo he pensado, lo he escrito, lo he comido y lo he digerido. También me he enamorado mucho de muchas formas y de diferentes personas y también de las mismas personas. Una se puede enamorar toda la vida de las mismas personas, de los mismos traumas y de los mismos patrones una y otra vez. Hice amistades y las arruiné, jugué, lloré, salté, comí, me divertí y me aburrí, leí y releí las mismas cosas mas de tres veces y lloré escuchando música y leyendo y escribiendo y he llorado por cosas absurdas y cosas profundas. Me han medicado diferentes cosas y he ido a terapia, he tenido dinero y lo he gastado en cosas sin sentido. He aprendido cosas en la universidad y las he desaprendido un montón de veces, mejoré mi dibujo y lo empeoré también. Eso he sido yo este año, eso han sido mis 17 para mí y no quiero recordar esta edad como la he sentido todo este tiempo, porque últimamente me frustra mucho la idea de que ningún año se va a repetir, que nunca volverá a ser 2022 y no podré jamás sentir que escucho esa canción de fother muckers justo en el año del nombre de la canción. Me frustra nunca más poder abrazar a Ana y no sentir ningún rencor por ella, me frustra que no podré cambiar lo que fue de mi pasado en el colegio y en Amino, todo eso me frustra, muchas cosas me frustran. Pero esta carta no es de los demás sino de mí misma para una persona que no conozco pero que si me conocerá a mí, y solo quiero seguir sintiéndome artista, poeta y mujer, quiero seguir llorando por todo y seguir queriendo a las personas que se crucen en la vida de la forma en la que solo una mujer puede querer. Y eso es la vida, felices 18.
By YoDelFuturo ®
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Faltan unos meses para un día que he esperado desde que me di cuenta de la existencia de la mayoría de edad. Yo no he sabido nunca cómo escribir bien estas cartas porque una nunca se sabe quién es la persona que las leerá en un futuro. Hace un año mi vida era muy diferente a como es ahora, y mi vida era muchísimo más diferente hace dos años, así sucesivamente, la vida es de cambios y los cambios son de la vida, si todo se quedara igual no sería vida, no sería nada. Hace unos días conocí a Dios, no le he hablado, pero sé que ahí está, ahora mismo se encuentra entre estas letras y entre las 594 palabras que van de esta carta. Conocí a Dios en una cama que no es la mía y no pude evitar llorarle porque pocas veces podré sentir a Dios de esa forma, desde que conocí lo que es el sexo, la vida se volvió más banal y estoy segura de que entre una más crece más diabla se vuelve, porque ya nada lo ve con los mismos ojos de amor que hace diez años, una nunca, nunca volverá a ser la misma pureza. Y desde que conocí a Dios también creo que me he vuelto más consciente. Yo veo a las personas reírse, las veo hablar, las veo vivir y todo esto que es el mundo es Dios mismo que se comunica conmigo y con el que se dé cuenta de esta iluminación, Dios está en los detalles y una tiene que aprender a leerlos mejor de lo que puede leer palabras en un cuaderno (o en esta carta, por ejemplo). Mi nombre salió dos veces por separado en un concurso que me ha partido el alma, lo cierto, Sofía, es que Dios también se encuentra en esta tristeza constante, aquí está conmigo y tal vez no soy yo la que está escribiendo sino Dios, que mueve mis dedos en el teclado. Cualquiera de las dos cosas, lo cierto es que no he cambiado mucho desde que tenía 12 años, yo sigo triste, sigo enamorada y sigo preguntándome quién seré en seis meses, quién seré cuando me levante ese esperado jueves con la noticia de que ha vencido mi tarjeta de identidad. Sigo preguntándomelo casi todo el tiempo, sigo sintiéndome acomplejada por la edad, sigo queriendo desaparecer sin tener que decirle a nadie qué fue de mí y volverme una con este Dios que se manifestó ante mí. Mi nombre salió dos veces pero yo no salí, no me tengo que afligir, no sé bien la cantidad de cartas que te llegarán ese día a tu correo, creo que serán tres en total, si es que no me animo a escribir otra en lo que queda de año. Y yo creo que una cada año aprende cosas nuevas, una aprende a ver la vida diferente, aprende a llorar en silencio y a enojarse con todos, también una aprende a ser más mujer y desaprende a ser niña a medida que trata de aferrarse a lo poco que le queda de infancia. Creo que así funciona realmente la vida, sigo sintiendo miedo cuando pienso que algún día tendré que afrontar la muerte y que, cuando eso pase, no podré ver la reacción de las personas que me rodean, que me quieren y me odian. He arruinado muchas cosas en este tiempo, amistades, amores, odios también. He aprendido a sanar y a dañarme más, he aprendido que una puede saber todo con certeza y aún así lastimarse a sí misma y también aprendí que ser mujer es una maravilla, que menstrúo y que cuando lo hago, siento un dolor que solo una mujer puede sentir, tengo sensaciones que solo una mujer puede sentir, siento placeres que solo un clítoris puede sentir. Eso es mujer y eso es hermoso, he aprendido mucho del placer, que no tengo que tenerle tanto miedo a hacer el amor sino que tengo que tenerle miedo a hacerlo sin amor y que me amen sin realmente amar. He tenido sustos, he tenido miedos, me he pensado a mí misma embarazada y me he afligido por completo ante esa idea, he comprado condones, he dado los condones, he usado los condones y sé que esos condones al igual que cada cosa que tengo en mi vida fue hecho exclusivamente para mí. He sudado y he llorado en el sexo, he sentido mucho amor mientras lo hago y he sentido mucho dolor, lo he soñado, lo he pensado, lo he escrito, lo he comido y lo he digerido. También me he enamorado mucho de muchas formas y de diferentes personas y también de las mismas personas. Una se puede enamorar toda la vida de las mismas personas, de los mismos traumas y de los mismos patrones una y otra vez. Hice amistades y las arruiné, jugué, lloré, salté, comí, me divertí y me aburrí, leí y releí las mismas cosas mas de tres veces y lloré escuchando música y leyendo y escribiendo y he llorado por cosas absurdas y cosas profundas. Me han medicado diferentes cosas y he ido a terapia, he tenido dinero y lo he gastado en cosas sin sentido. He aprendido cosas en la universidad y las he desaprendido un montón de veces, mejoré mi dibujo y lo empeoré también. Eso he sido yo este año, eso han sido mis 17 para mí y no quiero recordar esta edad como la he sentido todo este tiempo, porque últimamente me frustra mucho la idea de que ningún año se va a repetir, que nunca volverá a ser 2022 y no podré jamás sentir que escucho esa canción de fother muckers justo en el año del nombre de la canción. Me frustra nunca más poder abrazar a Ana y no sentir ningún rencor por ella, me frustra que no podré cambiar lo que fue de mi pasado en el colegio y en Amino, todo eso me frustra, muchas cosas me frustran. Pero esta carta no es de los demás sino de mí misma para una persona que no conozco pero que si me conocerá a mí, y solo quiero seguir sintiéndome artista, poeta y mujer, quiero seguir llorando por todo y seguir queriendo a las personas que se crucen en la vida de la forma en la que solo una mujer puede querer. Y eso es la vida, felices 18.
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