Una carta escrita el 23 de septiembre de 2025

en Colombia
carta hace diez años

Santiago, Tengo 17 años y hoy es 23 de octubre de 2025. Si la providencia divina lo permite, recibirás esta misiva dentro de diez años. En caso contrario, si para entonces ya ha ocurrido el rapto de la Iglesia, confío en que el Señor nos haya hallado preparados. El propósito de esta carta es brindarte apoyo —o, mejor dicho, que te brindes autoafirmación— en cualquier circunstancia que estés atravesando. Si no has alcanzado ciertas metas o no te sientes completamente listo para algunos desafíos, no te recrimines: lo esencial siempre ha sido el esfuerzo constante. Recuerda la promesa: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13). Esta reflexión nace, en parte, de un temor: asimilar los patrones del mundo. No olvides que, como dice la Escritura, «Estás en el mundo, pero no eres parte de él» (cf. Juan 17:16). Si en este futuro disfrutas de un buen empleo, estabilidad económica o incluso una familia, mantén siempre la humildad. Que la prosperidad nunca apague tu fe, pues está escrito: «¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios para los que tienen riquezas! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de Dios» (Marcos 10:23-25). Y en cuanto a la avaricia, recuerda: «Aléjense de toda avaricia, porque la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes» (Lucas 12:15). Si llegas a enfrentar tentaciones de lujuria —entendida no solo como deseo sexual desordenado, sino también como anhelo desmedido de posesiones o placeres prohibidos—, ten presente que esta inclinación pertenece a las obras de la carne y conduce a la gratificación egoísta y al alejamiento de la ley de Dios. Por último, nunca permitas que te menosprecien ni que infravaloren tu valía. Camina siempre con la frente en alto, consciente de tu dignidad en Cristo. Ahora dime, ¿cuánto habrás progresado en baloncesto y en el deporte en general? Espero que sigas cultivando tu cuerpo con la misma dedicación con que cultivas el espíritu. Posdata: jamás olvides el recordatorio personal (D.F.D.), aquel que encierra todo lo que deseas preservar de ti mismo. Con afecto y esperanza, Santiago – 17 años



By YoDelFuturo ®

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Una carta del 23 de septiembre de 2025

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Santiago, Tengo 17 años y hoy es 23 de octubre de 2025. Si la providencia divina lo permite, recibirás esta misiva dentro de diez años. En caso contrario, si para entonces ya ha ocurrido el rapto de la Iglesia, confío en que el Señor nos haya hallado preparados. El propósito de esta carta es brindarte apoyo —o, mejor dicho, que te brindes autoafirmación— en cualquier circunstancia que estés atravesando. Si no has alcanzado ciertas metas o no te sientes completamente listo para algunos desafíos, no te recrimines: lo esencial siempre ha sido el esfuerzo constante. Recuerda la promesa: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13). Esta reflexión nace, en parte, de un temor: asimilar los patrones del mundo. No olvides que, como dice la Escritura, «Estás en el mundo, pero no eres parte de él» (cf. Juan 17:16). Si en este futuro disfrutas de un buen empleo, estabilidad económica o incluso una familia, mantén siempre la humildad. Que la prosperidad nunca apague tu fe, pues está escrito: «¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios para los que tienen riquezas! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de Dios» (Marcos 10:23-25). Y en cuanto a la avaricia, recuerda: «Aléjense de toda avaricia, porque la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes» (Lucas 12:15). Si llegas a enfrentar tentaciones de lujuria —entendida no solo como deseo sexual desordenado, sino también como anhelo desmedido de posesiones o placeres prohibidos—, ten presente que esta inclinación pertenece a las obras de la carne y conduce a la gratificación egoísta y al alejamiento de la ley de Dios. Por último, nunca permitas que te menosprecien ni que infravaloren tu valía. Camina siempre con la frente en alto, consciente de tu dignidad en Cristo. Ahora dime, ¿cuánto habrás progresado en baloncesto y en el deporte en general? Espero que sigas cultivando tu cuerpo con la misma dedicación con que cultivas el espíritu. Posdata: jamás olvides el recordatorio personal (D.F.D.), aquel que encierra todo lo que deseas preservar de ti mismo. Con afecto y esperanza, Santiago – 17 años



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