Querido Yo del Futuro, Hoy me tomo un momento para escribirte desde este punto del camino en el que estoy dando lo mejor de mí, estudiando con esfuerzo, paciencia y a veces con cansancio, pero con mucha esperanza. No sé exactamente dónde estarás cuando leas esta carta, pero deseo que estés viendo los frutos y rendimientos de todo este trabajo. Quiero recordarte por qué empezamos: por ese deseo profundo de superarnos, de alcanzar nuestras metas, de construir un futuro más libre, más pleno, más nuestro. Ahora mismo hay días en los que estudiar cuesta demasiado, para ser sincera. Hay momentos de duda, de desánimo, en los que parece que nada tiene sentido. Pero incluso en esos días sigo adelante. Porque creo en ti. Creo que cada página leída, cada ejercicio resuelto, cada noche de desvelo valdrá la pena. Ojalá que cuando leas esto te sientas orgulloso/a. No por haberlo hecho todo perfecto, sino por no haberte rendido y por nunca haber bajado los brazos. Por haber creído en ti cuando era más fácil rendirse. Y si por alguna razón aún no has llegado a donde querías, recuerda: no pasa nada. Cada paso cuenta. Sigue. Estamos más cerca de lo que crees. Con cariño, paciencia y determinación, Tu yo del pasado.
By YoDelFuturo ®
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Querido Yo del Futuro, Hoy me tomo un momento para escribirte desde este punto del camino en el que estoy dando lo mejor de mí, estudiando con esfuerzo, paciencia y a veces con cansancio, pero con mucha esperanza. No sé exactamente dónde estarás cuando leas esta carta, pero deseo que estés viendo los frutos y rendimientos de todo este trabajo. Quiero recordarte por qué empezamos: por ese deseo profundo de superarnos, de alcanzar nuestras metas, de construir un futuro más libre, más pleno, más nuestro. Ahora mismo hay días en los que estudiar cuesta demasiado, para ser sincera. Hay momentos de duda, de desánimo, en los que parece que nada tiene sentido. Pero incluso en esos días sigo adelante. Porque creo en ti. Creo que cada página leída, cada ejercicio resuelto, cada noche de desvelo valdrá la pena. Ojalá que cuando leas esto te sientas orgulloso/a. No por haberlo hecho todo perfecto, sino por no haberte rendido y por nunca haber bajado los brazos. Por haber creído en ti cuando era más fácil rendirse. Y si por alguna razón aún no has llegado a donde querías, recuerda: no pasa nada. Cada paso cuenta. Sigue. Estamos más cerca de lo que crees. Con cariño, paciencia y determinación, Tu yo del pasado.
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