Una carta escrita el 7 de junio de 2025


Me siento fracasada

Querido Yo del Futuro, Sé que no debería sentirme así, pero así me siento. Me invade una sensación de fracaso, de no valer nada. Me siento miserable, estancada. Y aunque esa palabra—fracasada—me duele, es lo que mejor describe lo que llevo por dentro. Necesito sacarlo, porque si no lo digo, me ahogo. No sé cuándo terminará esta etapa ni cuándo veré la luz. Tengo planes, sueños, mucha ambición. Quiero avanzar, salir de este punto en el que me siento atrapada. Pero no sé cómo hacerlo ni hacia dónde ir. Vine a Lima buscando oportunidades, buscando crecer. Y aun estando aquí, todo parece inalcanzable. No quiero regresar a Iquitos; hacerlo sería retroceder, y yo quiero seguir adelante. Quiero tener éxito. Mi propio éxito. Hacer investigaciones, estudiar una maestría en el extranjero, tener mi carro, mi casa, mi departamento. Quiero formar una familia, tener un esposo, abrir mi cafetería, viajar, y darle una buena vida a mis padres. Quiero sentirme plena, satisfecha con lo que soy y con lo que tengo. Pero ahora, me siento un peso. Siento que he fallado, especialmente a mi familia. Quiero una vida feliz, pero no la tengo. Sé que soy bendecida en muchos sentidos, pero también siento que estoy en una etapa donde ya debería estar avanzando. Y mientras todos suben peldaños, yo me mantengo en el fondo, cayendo un poco más cada día. Me aferro a lo poco que tengo para no caer del todo, pero ya no tengo fuerzas. Y aunque no quiero rendirme—porque rendirse no es una opción—sí me siento perdida, confundida, sin dirección. Le pido a Dios una señal, una luz, una esperanza. A veces siento envidia de quienes avanzan: tienen pareja, trabajos estables, estudian lo que les apasiona, sus familias están bien. Y yo… siento que no tengo nada de eso. Me digo a mí misma que debo pensar en positivo, pero hay días que no puedo mentirme más. La realidad me grita que he tomado malas decisiones: no debí estudiar lo que estudié, no debí apurarme en titularme, no debí autosabotearme, no debí ser como fui. Y ahora… siento que mi vida no avanza. Soy como un tren sin motor. Espero que, cuando vuelva a leer estas palabras, todo haya cambiado. Que esté en un mejor momento. Porque si no, la vida simplemente apesta.



By YoDelFuturo ®

Haz click aqui para escribirte mas cartas.







Una carta del 7 de junio de 2025


Me siento fracasada

Querido Yo del Futuro, Sé que no debería sentirme así, pero así me siento. Me invade una sensación de fracaso, de no valer nada. Me siento miserable, estancada. Y aunque esa palabra—fracasada—me duele, es lo que mejor describe lo que llevo por dentro. Necesito sacarlo, porque si no lo digo, me ahogo. No sé cuándo terminará esta etapa ni cuándo veré la luz. Tengo planes, sueños, mucha ambición. Quiero avanzar, salir de este punto en el que me siento atrapada. Pero no sé cómo hacerlo ni hacia dónde ir. Vine a Lima buscando oportunidades, buscando crecer. Y aun estando aquí, todo parece inalcanzable. No quiero regresar a Iquitos; hacerlo sería retroceder, y yo quiero seguir adelante. Quiero tener éxito. Mi propio éxito. Hacer investigaciones, estudiar una maestría en el extranjero, tener mi carro, mi casa, mi departamento. Quiero formar una familia, tener un esposo, abrir mi cafetería, viajar, y darle una buena vida a mis padres. Quiero sentirme plena, satisfecha con lo que soy y con lo que tengo. Pero ahora, me siento un peso. Siento que he fallado, especialmente a mi familia. Quiero una vida feliz, pero no la tengo. Sé que soy bendecida en muchos sentidos, pero también siento que estoy en una etapa donde ya debería estar avanzando. Y mientras todos suben peldaños, yo me mantengo en el fondo, cayendo un poco más cada día. Me aferro a lo poco que tengo para no caer del todo, pero ya no tengo fuerzas. Y aunque no quiero rendirme—porque rendirse no es una opción—sí me siento perdida, confundida, sin dirección. Le pido a Dios una señal, una luz, una esperanza. A veces siento envidia de quienes avanzan: tienen pareja, trabajos estables, estudian lo que les apasiona, sus familias están bien. Y yo… siento que no tengo nada de eso. Me digo a mí misma que debo pensar en positivo, pero hay días que no puedo mentirme más. La realidad me grita que he tomado malas decisiones: no debí estudiar lo que estudié, no debí apurarme en titularme, no debí autosabotearme, no debí ser como fui. Y ahora… siento que mi vida no avanza. Soy como un tren sin motor. Espero que, cuando vuelva a leer estas palabras, todo haya cambiado. Que esté en un mejor momento. Porque si no, la vida simplemente apesta.



By YoDelFuturo ®

Haz click aqui para escribirte mas cartas.