Querido Yo del Futuro, Hoy te escribo desde el corazón de esta etapa que tantas veces imaginamos: la vida como estudiante de enfermería. Estoy cansada, lo admito, pero también llena de sueños. Cada clase, cada práctica, cada turno es un paso más hacia esa meta que juré cumplir con todo mi ser. Quiero que recuerdes de dónde vienes. Recuerda a tu familia, que ha estado ahí en cada desvelo, en cada crisis antes de un examen, apoyándote con palabras, con abrazos, con silencios llenos de amor. Ellos han sido tu base, tu refugio. No llegaste sola hasta donde estás. Y sobre todo, recuerda a la abuela. Esa promesa que le hiciste sigue viva. Le dijiste que ibas a ser la mejor enfermera que pudieras ser, que cuidarías con el mismo amor con el que ella cuidaba de todos. Lo dijiste con lágrimas en los ojos y el corazón en la mano. No la olvides. Que cada paciente que atiendas, cada palabra de consuelo, cada gesto de empatía, sea un homenaje a ella. Si alguna vez dudas, si alguna vez sientes que no puedes más, vuelve a esta carta. Recuérdate que empezaste por vocación, por amor, y por esa promesa que no se borra con el tiempo. Sigue adelante, con humildad, con fuerza, y con el corazón lleno de propósito. Estoy orgullosa de ti, porque sé que no importa dónde estés ahora… nunca has dejado de luchar. Con cariño, orgullo y mucha esperanza, Tu Yo estudiante de enfermería
By YoDelFuturo ®
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Querido Yo del Futuro, Hoy te escribo desde el corazón de esta etapa que tantas veces imaginamos: la vida como estudiante de enfermería. Estoy cansada, lo admito, pero también llena de sueños. Cada clase, cada práctica, cada turno es un paso más hacia esa meta que juré cumplir con todo mi ser. Quiero que recuerdes de dónde vienes. Recuerda a tu familia, que ha estado ahí en cada desvelo, en cada crisis antes de un examen, apoyándote con palabras, con abrazos, con silencios llenos de amor. Ellos han sido tu base, tu refugio. No llegaste sola hasta donde estás. Y sobre todo, recuerda a la abuela. Esa promesa que le hiciste sigue viva. Le dijiste que ibas a ser la mejor enfermera que pudieras ser, que cuidarías con el mismo amor con el que ella cuidaba de todos. Lo dijiste con lágrimas en los ojos y el corazón en la mano. No la olvides. Que cada paciente que atiendas, cada palabra de consuelo, cada gesto de empatía, sea un homenaje a ella. Si alguna vez dudas, si alguna vez sientes que no puedes más, vuelve a esta carta. Recuérdate que empezaste por vocación, por amor, y por esa promesa que no se borra con el tiempo. Sigue adelante, con humildad, con fuerza, y con el corazón lleno de propósito. Estoy orgullosa de ti, porque sé que no importa dónde estés ahora… nunca has dejado de luchar. Con cariño, orgullo y mucha esperanza, Tu Yo estudiante de enfermería
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