Querido yo del futuro: Hoy te escribo con una mezcla de emociones, porque quiero compartirte algunas cositas hermosas que, aunque pequeñas, me llenan de alegría y esperanza. Mi sueño, aunque aún está en formación, es trabajar en el trabajo que me haga sentir plena, que no solo sea un medio para vivir, sino una pasión que despierte cada mañana con ganas de dar lo mejor de mí. Sueño con un lugar donde pueda crecer, aprender, compartir y hacer la diferencia de alguna manera. Hoy me siento feliz de algo tan simple, pero tan personal: me gusta mi cabello. Es una parte de mí que antes no valoraba tanto, pero ahora la miro y siento que tiene su propio carácter. Es como un recordatorio de todo lo que soy y de cómo he aprendido a aceptarme y amarme, aunque a veces no lo note. Sobre los recuerdos, debo ser honesto: hoy no tengo uno específico que me llene de felicidad. Sin embargo, confío en que eso cambiará con el tiempo, porque las experiencias que viviremos se sumarán a mi vida de maneras sorprendentes. Quizá ahora no los vea con claridad, pero en el futuro, sé que miraré hacia atrás y encontraré esos momentos que me marcaron. Te envío un abrazo con la esperanza de que todo lo que soñamos hoy se haga realidad. Que el futuro nos traiga paz, amor y mucha luz. Y, por supuesto, que sigamos aprendiendo y creciendo. Con cariño y esperanza, Tu yo del presente.
By YoDelFuturo ®
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Querido yo del futuro: Hoy te escribo con una mezcla de emociones, porque quiero compartirte algunas cositas hermosas que, aunque pequeñas, me llenan de alegría y esperanza. Mi sueño, aunque aún está en formación, es trabajar en el trabajo que me haga sentir plena, que no solo sea un medio para vivir, sino una pasión que despierte cada mañana con ganas de dar lo mejor de mí. Sueño con un lugar donde pueda crecer, aprender, compartir y hacer la diferencia de alguna manera. Hoy me siento feliz de algo tan simple, pero tan personal: me gusta mi cabello. Es una parte de mí que antes no valoraba tanto, pero ahora la miro y siento que tiene su propio carácter. Es como un recordatorio de todo lo que soy y de cómo he aprendido a aceptarme y amarme, aunque a veces no lo note. Sobre los recuerdos, debo ser honesto: hoy no tengo uno específico que me llene de felicidad. Sin embargo, confío en que eso cambiará con el tiempo, porque las experiencias que viviremos se sumarán a mi vida de maneras sorprendentes. Quizá ahora no los vea con claridad, pero en el futuro, sé que miraré hacia atrás y encontraré esos momentos que me marcaron. Te envío un abrazo con la esperanza de que todo lo que soñamos hoy se haga realidad. Que el futuro nos traiga paz, amor y mucha luz. Y, por supuesto, que sigamos aprendiendo y creciendo. Con cariño y esperanza, Tu yo del presente.
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