Una carta escrita el 22 de junio de 2024

en República Dominicana
Carta a mi yo del futuro

Querido Yo del Futuro, no tengo la más mínima idea de lo que estás haciendo en este preciso momento. Tal vez cuando recibas este correo habrás olvidado el momento en que escribiste esta carta. Pero descuida, yo te lo recordaré detalladamente. Ibas a ver una película, ¿romance? ¿tiburones? ¿comedia? No importa. Estabas decidiendo qué mirar para evadirte una vez más de la realidad y tus propios pensamientos, como era rutina en aquel entonces. Te diste cuenta de que ese plan ya estaba arruinado cuando no pudiste escapar de esa terrible sensación de cansancio y vacío que se había vuelto tan familiar. Te preguntaste un par de veces si sería así el resto de tu vida, si tendrías que acostumbrarte a noches de películas que nunca lograbas terminar, a lágrimas que se acumulaban en la almohada de tu desorganizada cama, de nudos en la garganta que cada vez se hacían más dificiles de desenredar y de sollozos que no lograban atravesar las finas paredes de tu habitación, porque si de algo estoy segura es de que nunca podré entender por qué te causaba tanto terror que los demás supieran que tú, al igual que 8 mil millones de personas más, también llorabas y sentías. Y ni hablemos del proceso mental responsable de la decisión de haber escrito esto, solo sé que mientras lo hacías te aseguraste de encontrar la playlist más triste que pudiste encontrar en spotify, porque así de dramática eres. Supongo que algunas cosas nunca cambian :). Así que, dime, ¿qué ha cambiado? Seguro que aún te preguntas si tendrás que vivir con este cerebro defectuoso por el resto de tu vida, ese cerebro melancólico que te autosabotea y te sume en tu propia tristeza. ¿Sigues encontrando comfort en tu tristeza? ¿Sigues romantizando tu soledad? Probablemente sigas evadiendo a tus amigas, cancelando planes para llorar en tu habitación y pensando que no estás hecha para convivir con los demás, ni siquiera contigo misma, convencida de que no logras encajar. También sé que piensas que eres solo un personaje de relleno. Secundario, nunca principal. Nunca la primera opción. No eres la protagonista ni de tu propia historia. Tu cuento gira alrededor de otros, porque te sientes demasiado insuficiente incluso para interpretar el protagónico de tu vida. ¿Cuándo empezarás a vivir? Mientras escribo esto tienes 20 años y tengo la impresión de que nunca lo has hecho. Estás muy muerta por dentro para alguien que respira tan agitadamente. Tu pequeño cuerpo hipervigilante ha hecho un excelente trabajo manteniendo esa respiración, lo castigaste de tantas formas que me sorprendería que estuvieses leyendo esto ahora mismo. También espero que hayas mejorado tus malos hábitos. Si acaso comías algunas 400 calorías al día, dormías unas 4 horas y luego tenías la osadía de preguntar por qué te sentías desfallecer con cada paso que dabas. Espero una actualización de tu rutina. Quiero saber si aún evitas cepillarte los dientes, lavarte el pelo, peinarte.... O si sigues yéndote a la cama sintiéndote demasiado cansada como para tomar un baño. Ni hablar de tu habitación. Dicen que la habitación de una chica es reflejo de su mente, tal vez tienen razón, siempre hay un desastre allí. En cuanto a tu vida amorosa, realmente espero que hayas encontrado a alguien, o que te hayas encontrado a ti misma al menos. Sé que siempre buscaste desesperadamente (y sin éxito) en los demás el amor y la validación que nunca obtuviste de ti. De nuevo, dicen que nuestra relación con los demás es un reflejo de nuestra relación con nosotros mismos. Espero que hayas superado a ese chico, tu primer chico. Te sentías usada cada vez que hablabas con él, pero tenías las esperanzas de que dejara de ser algo casual algún día. Aunque no importa, en este punto probablemente estés encaprichada con alguien más, porque tenías esa tendencia a enamorarte de cada chico que te daba atención, estabas tan sedienta de amor que no hacías distinciones. Cada tanto sentías que habías encontrado al indicado, hasta que llegaba la tan dolorosa desilusión. De verdad espero que hayas logrado salir de tus jaulas mentales. Hay potencial en ti, pero nunca confiaste en él lo suficiente como para atreverte a exponerlo al mundo. Tus maestros siempre veían algo en ti que ni siquiera tú podías ver en ti misma, nunca entendiste por qué a los ojos de los demás parecías tan especial cuando en los tuyos eras el reflejo de la mediocridad. Espero que hayas estudiado eso que te interesaba, que hayas crecido profesionalmente, que hayas encontrado un trabajo que te llene. Y ojalá que hayas superado tus miedos, que ahora puedas hacer contacto visual, que no canceles planes por la ansiedad que te causaba socializar con los demás, que hayas dejado de comer encerrada en un cuarto en vez de hacerlo en la cafetería como todos los demás. Tenías muchas cargas siendo tan joven, mucha rabia y rencor en contra del mundo, siempre reprimidos y ocultos detrás de esa sonrisa afable. Había tanto miedo, vergüenza y culpa en ti, ¿qué pudo haber salido tan mal contigo? Tenías una vida envidiable en muchos sentidos y aún así pensabas constantemente en acabar con ella. Gracias al universo que nunca lo hiciste, porque no lo hiciste, ¿cierto? Pensabas que estabas siendo castigada injustamente, pero en realidad te estabas castigando a ti misma. Solo espero que para estas fechas, hayas soltado finalmente el látigo… Con amor, tu yo del pasado.



By YoDelFuturo ®

Haz click aqui para escribirte mas cartas.







Una carta del 22 de junio de 2024

en República Dominicana
Carta a mi yo del futuro

Querido Yo del Futuro, no tengo la más mínima idea de lo que estás haciendo en este preciso momento. Tal vez cuando recibas este correo habrás olvidado el momento en que escribiste esta carta. Pero descuida, yo te lo recordaré detalladamente. Ibas a ver una película, ¿romance? ¿tiburones? ¿comedia? No importa. Estabas decidiendo qué mirar para evadirte una vez más de la realidad y tus propios pensamientos, como era rutina en aquel entonces. Te diste cuenta de que ese plan ya estaba arruinado cuando no pudiste escapar de esa terrible sensación de cansancio y vacío que se había vuelto tan familiar. Te preguntaste un par de veces si sería así el resto de tu vida, si tendrías que acostumbrarte a noches de películas que nunca lograbas terminar, a lágrimas que se acumulaban en la almohada de tu desorganizada cama, de nudos en la garganta que cada vez se hacían más dificiles de desenredar y de sollozos que no lograban atravesar las finas paredes de tu habitación, porque si de algo estoy segura es de que nunca podré entender por qué te causaba tanto terror que los demás supieran que tú, al igual que 8 mil millones de personas más, también llorabas y sentías. Y ni hablemos del proceso mental responsable de la decisión de haber escrito esto, solo sé que mientras lo hacías te aseguraste de encontrar la playlist más triste que pudiste encontrar en spotify, porque así de dramática eres. Supongo que algunas cosas nunca cambian :). Así que, dime, ¿qué ha cambiado? Seguro que aún te preguntas si tendrás que vivir con este cerebro defectuoso por el resto de tu vida, ese cerebro melancólico que te autosabotea y te sume en tu propia tristeza. ¿Sigues encontrando comfort en tu tristeza? ¿Sigues romantizando tu soledad? Probablemente sigas evadiendo a tus amigas, cancelando planes para llorar en tu habitación y pensando que no estás hecha para convivir con los demás, ni siquiera contigo misma, convencida de que no logras encajar. También sé que piensas que eres solo un personaje de relleno. Secundario, nunca principal. Nunca la primera opción. No eres la protagonista ni de tu propia historia. Tu cuento gira alrededor de otros, porque te sientes demasiado insuficiente incluso para interpretar el protagónico de tu vida. ¿Cuándo empezarás a vivir? Mientras escribo esto tienes 20 años y tengo la impresión de que nunca lo has hecho. Estás muy muerta por dentro para alguien que respira tan agitadamente. Tu pequeño cuerpo hipervigilante ha hecho un excelente trabajo manteniendo esa respiración, lo castigaste de tantas formas que me sorprendería que estuvieses leyendo esto ahora mismo. También espero que hayas mejorado tus malos hábitos. Si acaso comías algunas 400 calorías al día, dormías unas 4 horas y luego tenías la osadía de preguntar por qué te sentías desfallecer con cada paso que dabas. Espero una actualización de tu rutina. Quiero saber si aún evitas cepillarte los dientes, lavarte el pelo, peinarte.... O si sigues yéndote a la cama sintiéndote demasiado cansada como para tomar un baño. Ni hablar de tu habitación. Dicen que la habitación de una chica es reflejo de su mente, tal vez tienen razón, siempre hay un desastre allí. En cuanto a tu vida amorosa, realmente espero que hayas encontrado a alguien, o que te hayas encontrado a ti misma al menos. Sé que siempre buscaste desesperadamente (y sin éxito) en los demás el amor y la validación que nunca obtuviste de ti. De nuevo, dicen que nuestra relación con los demás es un reflejo de nuestra relación con nosotros mismos. Espero que hayas superado a ese chico, tu primer chico. Te sentías usada cada vez que hablabas con él, pero tenías las esperanzas de que dejara de ser algo casual algún día. Aunque no importa, en este punto probablemente estés encaprichada con alguien más, porque tenías esa tendencia a enamorarte de cada chico que te daba atención, estabas tan sedienta de amor que no hacías distinciones. Cada tanto sentías que habías encontrado al indicado, hasta que llegaba la tan dolorosa desilusión. De verdad espero que hayas logrado salir de tus jaulas mentales. Hay potencial en ti, pero nunca confiaste en él lo suficiente como para atreverte a exponerlo al mundo. Tus maestros siempre veían algo en ti que ni siquiera tú podías ver en ti misma, nunca entendiste por qué a los ojos de los demás parecías tan especial cuando en los tuyos eras el reflejo de la mediocridad. Espero que hayas estudiado eso que te interesaba, que hayas crecido profesionalmente, que hayas encontrado un trabajo que te llene. Y ojalá que hayas superado tus miedos, que ahora puedas hacer contacto visual, que no canceles planes por la ansiedad que te causaba socializar con los demás, que hayas dejado de comer encerrada en un cuarto en vez de hacerlo en la cafetería como todos los demás. Tenías muchas cargas siendo tan joven, mucha rabia y rencor en contra del mundo, siempre reprimidos y ocultos detrás de esa sonrisa afable. Había tanto miedo, vergüenza y culpa en ti, ¿qué pudo haber salido tan mal contigo? Tenías una vida envidiable en muchos sentidos y aún así pensabas constantemente en acabar con ella. Gracias al universo que nunca lo hiciste, porque no lo hiciste, ¿cierto? Pensabas que estabas siendo castigada injustamente, pero en realidad te estabas castigando a ti misma. Solo espero que para estas fechas, hayas soltado finalmente el látigo… Con amor, tu yo del pasado.



By YoDelFuturo ®

Haz click aqui para escribirte mas cartas.