Querido Yo del Futuro, muy buenos días, tardes o noches, cual sea el horario que leas esto. Acabo de leer lo que te escribí hace un año, me quedé atroz al percatarme lo que pensaba y las metas que me había propuesto. Era muy duro ser yo, tanto que cada día reafirma a mi existencia que tenía que yo ser, de excelencia para mí y para los que me rodeaban. No me permitía fallar. Tener la palabra fallo en mí léxico, era un paso a la mediocridad. Sin embargo, entendí que la comparación a los demás siempre estaba allí; para sentirme exitoso tenía que ver a los demás fallar, no era cuestión de progreso personal, solo quería que mi nombre se haga notar, quizás por lo que quería representar y la aprobación de los demás. El “progreso” que te indica que mejoras, no estaba. La respuesta en mi mente era muy polarizada. Era perder o ganar. Al ingresar al mundo del nivel universitario, me di cuenta que solo, no alcanzaría a nuevos horizontes. Cerrándome, no podría explorar mi verdadero yo. Sufrí demasiado. Pero, eso iba a cambiar; me lo decidí. Vería todo lo bueno que hice hasta ese momento. Iría firmemente al buen camino. Ahora me encuentras aquí. Sé lo que quiero. Y lo que quiero, es vivir mi vida. Quiero aprender a ser feliz y quererme. No te voy a engañar que esto es un giro de 180°. Dónde las perspectivas y morales de mi vida cambian. Decidí ser yo, y que el mundo vea lo que me gusta y lo que no. ¿Amistades? Si hay que remplazarlas, se lo harán. ¿Dinero? Mientras haya independencia que más da. ¿Amor? Ya vendrá, y si no lo hace, se paciente y espera, que amar es para cualquiera, aunque seas viejo. Te daré una postura diferente lo que no tienes que ser. ¿Te acuerdas del poema que escribiste, que estaba lleno de desahogos de la realidad que vivías? Era tal que así: Suplicio sin final. Sin solución, todos arrebatamientos. Acciones obradas, una peor que la otra. Felicidad y vergüenza, o tristeza y dignidad. Dignidad para aquellos cobardes de comprender el afán del buen querer. El desinterés alimenta a la ignorancia y mata la vida que brota al contento. Ser yo, el moribundo sin corazón, la persona que deambula por aprobación. O ser yo, el líder de mi propio camino, la persona del amor puro y verdadero. ¡Oh si supieran apreciar el amor por su cariño, y no por su mentalidad, o lo que al menos ellos llaman auto amor y respeto! La muerte está alrededor de la esquina, tan cerca que, por pensamientos vulgares y oscuros teñidos de un distinguido blanco, que no permite el disfrute de cosas tan simples y cotidianas como es vivir. La actuación es mala, que no es posible tapar todos sus huecos. Huecos provocados por el corroer de la mala espina. Muerte, quisiera estar muerto, para conocer lo que realmente, es el buen vivir. Con esto digo, que las metas no son el todo. La razón de la existencia no es vivir para los demás, sino hacer de ti, la conquista de tu propio camino. Anhela esa independencia, que cuando lo consigas, pueda hacer de ti, lo que mucho anhelamos. Esta carta trata de, no velar por lo que tanto hicimos o quisimos hacer, sino continuar haciendo lo que tanto amor queríamos, y tratar de explotar nuestras capacidades, aprendiendo en el progreso. Qué vida, solo hay una, y no debemos arruinarla por gente cree que es correcto. Nosotros tenemos la suficiente capacidad de evaluar lo bueno y lo malo, y sabemos que lo que estamos haciendo dará sus frutos, y si no lo hace. Esperamos. Acuérdate que, el bambú tarda 7 años en echar raíces, y en 6 semanas para crecer 30 metros. ¡Continúa y fracasa, así encontrarás el éxito! ¡Con mucho amor me lo digo, y te lo digo, disfruta de ti, que tienes con que! Atte. Mi yo del: 8 de octubre del 2023. 20:08
By YoDelFuturo ®
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Querido Yo del Futuro, muy buenos días, tardes o noches, cual sea el horario que leas esto. Acabo de leer lo que te escribí hace un año, me quedé atroz al percatarme lo que pensaba y las metas que me había propuesto. Era muy duro ser yo, tanto que cada día reafirma a mi existencia que tenía que yo ser, de excelencia para mí y para los que me rodeaban. No me permitía fallar. Tener la palabra fallo en mí léxico, era un paso a la mediocridad. Sin embargo, entendí que la comparación a los demás siempre estaba allí; para sentirme exitoso tenía que ver a los demás fallar, no era cuestión de progreso personal, solo quería que mi nombre se haga notar, quizás por lo que quería representar y la aprobación de los demás. El “progreso” que te indica que mejoras, no estaba. La respuesta en mi mente era muy polarizada. Era perder o ganar. Al ingresar al mundo del nivel universitario, me di cuenta que solo, no alcanzaría a nuevos horizontes. Cerrándome, no podría explorar mi verdadero yo. Sufrí demasiado. Pero, eso iba a cambiar; me lo decidí. Vería todo lo bueno que hice hasta ese momento. Iría firmemente al buen camino. Ahora me encuentras aquí. Sé lo que quiero. Y lo que quiero, es vivir mi vida. Quiero aprender a ser feliz y quererme. No te voy a engañar que esto es un giro de 180°. Dónde las perspectivas y morales de mi vida cambian. Decidí ser yo, y que el mundo vea lo que me gusta y lo que no. ¿Amistades? Si hay que remplazarlas, se lo harán. ¿Dinero? Mientras haya independencia que más da. ¿Amor? Ya vendrá, y si no lo hace, se paciente y espera, que amar es para cualquiera, aunque seas viejo. Te daré una postura diferente lo que no tienes que ser. ¿Te acuerdas del poema que escribiste, que estaba lleno de desahogos de la realidad que vivías? Era tal que así: Suplicio sin final. Sin solución, todos arrebatamientos. Acciones obradas, una peor que la otra. Felicidad y vergüenza, o tristeza y dignidad. Dignidad para aquellos cobardes de comprender el afán del buen querer. El desinterés alimenta a la ignorancia y mata la vida que brota al contento. Ser yo, el moribundo sin corazón, la persona que deambula por aprobación. O ser yo, el líder de mi propio camino, la persona del amor puro y verdadero. ¡Oh si supieran apreciar el amor por su cariño, y no por su mentalidad, o lo que al menos ellos llaman auto amor y respeto! La muerte está alrededor de la esquina, tan cerca que, por pensamientos vulgares y oscuros teñidos de un distinguido blanco, que no permite el disfrute de cosas tan simples y cotidianas como es vivir. La actuación es mala, que no es posible tapar todos sus huecos. Huecos provocados por el corroer de la mala espina. Muerte, quisiera estar muerto, para conocer lo que realmente, es el buen vivir. Con esto digo, que las metas no son el todo. La razón de la existencia no es vivir para los demás, sino hacer de ti, la conquista de tu propio camino. Anhela esa independencia, que cuando lo consigas, pueda hacer de ti, lo que mucho anhelamos. Esta carta trata de, no velar por lo que tanto hicimos o quisimos hacer, sino continuar haciendo lo que tanto amor queríamos, y tratar de explotar nuestras capacidades, aprendiendo en el progreso. Qué vida, solo hay una, y no debemos arruinarla por gente cree que es correcto. Nosotros tenemos la suficiente capacidad de evaluar lo bueno y lo malo, y sabemos que lo que estamos haciendo dará sus frutos, y si no lo hace. Esperamos. Acuérdate que, el bambú tarda 7 años en echar raíces, y en 6 semanas para crecer 30 metros. ¡Continúa y fracasa, así encontrarás el éxito! ¡Con mucho amor me lo digo, y te lo digo, disfruta de ti, que tienes con que! Atte. Mi yo del: 8 de octubre del 2023. 20:08
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